Tenía una mirada triste y ahondada,
tenía su vida prendiendo de un hilo,
veía la oscuridad, como luz de salida.
Llegó un Príncipe azul cual cuento de hadas,
a erradicar su tristeza,
pero fútil fueron los intentos para ella.
Recibió la atención del pueblo entero
donde moraba;
vanos fueron los intentos.
Los seres humanos del mundo al percatarse
de su tristeza,
fueron tras ella
a tratar de suplirlo por el positivismo,
mas aún, inútiles fueron los intentos.
La madre naturaleza, al darse cuenta
del hilo el cual prendía su vida,
estructuró y reorganizó sus fuerzas
para ella, con el fin de cambiar el estado
de ánimo en el que se encontraba,
y lamentablemente el intento frustró.
Uniéndose todos en general,
preguntaron a ella,
que hacer para cambiar su mirada triste y ahondada,
y su alma que yacía en espera de la reacción de su cuerpo,
miraba detenidamente a los que la cuestionaban.
Pasó el tiempo sin responder,
seguía pasando el tiempo sin responder,
pasó toda una vida
y ante su lecho de muerte,
expelió unas palabras,
respuesta que por mucho tiempo esperaron...
Feliz me encuentro, no fue utopía
mi sueño de erradicar el individualimo;
y ESPERANZA... llegó a fenecer con una sonrisa.
ORCRU
ORCRU
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