Escribo estas palabras
pensando en ti,
recordando el principio
pensando en ti,
recordando el principio
de nuestra historia
cuando te vi.
Soñando con un futuro
venidero de asiduas
congojas y alegrías,
esperando tu regreso
hacia mi, cada día.
Lidiando con el tiempo
para tenerte siempre conmigo,
ahuyentando las penas,
conciliando con el futuro,
organizo una vida juntos
poniendo a Dios como testigo.
No te ofresco las estrellas,
ni la luna bajar,
te brindo mi vida entera
que es el mejor regalo sin dudar.
Los días pasan,
el tiempo se va
el tiempo se va
y nuestro amor,
sigue su curso,
como las olas del mar
refrescando
nuestras vidas
para siempre juntos estar.
Tu vida y la mía,
no se, si por destino
juntas han de terminar,
lo único que sé,
que la diosa de la
felicidad y la realidad,
nos auguran toda una vida
para juntos disfrutar.
Una vida nueva
me has dado,
diosa de la felicidad,
una mujer hermosa
en cuerpo y alma
que hace honor
a tu deidad.
Amorcito lindo,
te amo con ternura,
cabalgando por la llanura
de la inmensidad,
voy en busca de la
dulsura
de tus besos, y el amor
que me da tu alma,
lleno de vigorosidad.
Cabalgando por los frondosos
caminos de los montes eliseos,
voy en busca de un ramo de rosas
para ofrendarte amor mío,
llevándote consigo,
la plenitud de mis deseos.
Escribo estas palabras
en honor a nuestro amor,
que tácitamente redacta
su artículo sin dolor
ORCRU
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