Sentados a la rivera de la playa,
la brisa, acariciando nuestros
cuerpos amándonos, haciendo volar
nuestra imaginación, tus sueños haciéndolos,
yo realidad. Cobijándonos bajos sus senos la
noche estrellada y, la resplandeciente luna
que observaba atónita ante la exhibición
de un gran arte que desencadenábamos.
Satisfacer tus más ínfimas fantasías logré.
Soy tu amo, tu esclavo
tu súbdito, tu rey, tu potro salvaje...
lo que tu quieras ser de mi,
lo que yo quiera ser de ti.
Hoy llegué puntual a nuestra cita de costumbre,
en la playa, ya no éramos más aquellos adjetivos
calificativos que nos autodenominábamos, ...
Ahora somos Dioses.
ORCRU
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